Todos nuestros aprendizajes siguen un flujo natural que no podemos forzar, ni controlar, sólo promover, generando apertura a nuevas experiencias y conocimientos.
Si hoy pensamos diferente a nuestros amigos o familia, muy fácil es frustrarnos al no ser capaces nosotros de compartirles lo que hoy vivimos en cuerpo y alma. Cada uno tiene su tiempo, espacio y forma de descubrir las realidades de la vida.
Y frente a ese cauce no podemos hacer más que invitar a los que queremos a conocer nuevas opciones de ser más felices y vivir más plenamente. Pero no podemos ni tenemos derecho a imponerles nuestra verdad. Porque es nuestra.
Y también para nosotros, saber que las lecciones más esenciales de la vida llegan cuando deben llegar, nos aliviana el camino, dejando de creer que debemos ser perfectos, superarnos inmediatamente y evolucionar hasta la mejor versión de nosotros mismos posible ahora ya. Con nuestras condiciones de hoy, ya somos la mejor versión que podemos ser.
Incorporemos todo lo nuevo que va llegando y permitámonos disfrutar de este regalo maravilloso que es la vida.
Lo importante no es llegar! lo importante es el camino.
¡Nutre tu vida!
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